El agua es el recurso más importante para la humanidad. Este elemento vital cubre el 70% de la superficie del planeta, del cual sólo un 0,63% es apta para el consumo humano, agrícola e industrial.

De acuerdo con la Superintendencia de Servicios Sanitarios (SISS) el agua potable que se consume en las ciudades de Chile es de buena calidad, ya que cumple con la norma ajustada a los parámetros establecidos por la Organización Mundial de la Salud, y además, constantemente se realizan controles de muestras de agua en todo chile a través de empresas, Servicios de Salud y la SISS.

Sin embargo, en las zonas rurales la situación es completamente distinta y más compleja aún. Según cifras indicadas por el Servicio Sanitario Rural (SSR) de Chile, se considera que un 47,2% de la población no urbana no cuenta con abastecimiento formal de agua potable, por lo que un 84% de esta población consume aguas subterráneas o superficiales afectadas por la estrechez hídrica que se vive actualmente.

Frente a esta situación, surge la necesidad de encontrar una solución para abastecer las zonas más alejadas de la ciudad. Esta fue la premisa que utilizó Alejandro Torres, Ingeniero Industrial de profesión, que se ha dedicado por más de 20 años a la venta industrial y gestión ambiental. Se ha especializado en tratamiento de olores, riles y aguas, siendo este último elemento el motor de arranque para crear un servicio innovador destinado para ayudar a la comunidad: Clean Water For All.

Todo surge después del terremoto que azotó a nuestro país hace 12 años atrás. Varias comunas quedaron desabastecidas de agua potable producto del movimiento telúrico que dañó las cañerías de la comuna. Abordar un problema tan grande como el abastecimiento de agua potable, que incluso instituciones y organismos estatales les ha costado trabajo solucionar, no resultó ser un obstáculo para Alejandro.

Para comenzar el proceso de análisis de las aguas, tuvo que convertir el garaje de su casa en un verdadero laboratorio casero, con todos los implementos necesarios para comenzar a realizar pruebas con las distintas muestras de agua dulce proveniente de ríos, lagos, esteros, napas subterráneas y vertientes. “Agua que veía, la analizaba”, comenta Alejandro.

Toda investigación experimental tarda años en concretarse, en este caso, pasaron nueve años para que sus pruebas lograran ajustarse a la Norma Chilena 409 que establece los procedimientos de inspección y muestreo para comprobar los requisitos microbiológicos, químicos, reactivos y de desinfección del agua potable.

Fue en 2020 cuando el proyecto de Clean Water for all toma fuerza y logra consolidarse dentro de la región del Biobío como un emprendimiento innovador gracias a la alianza establecida con nuestra empresa. Durante este periodo se examinaron otros tipos de agua para corroborar si la formulación de reactores químicos efectivamente servía, lo cual se obtuvo a través de análisis realizados por la Universidad de Concepción, quienes les entregaron la certificación y respaldo técnico necesario para consolidar este proyecto.

Fue así como en medio de la crisis sanitaria producida por el Covid-19, Alejandro logra el objetivo de promover su proyecto dentro del Gran Concepción. En primera instancia se iba a ocupar 0,7 gramos de conjuntos de sales para 2 litros de agua. Sin embargo, Alejandro señala que luego de tener reiteradas reuniones con comunidades involucradas con el desabastecimiento del agua potable, en 2021 se recreó el producto para dejarlo finalmente como cápsula. Lo más
llamativo de este proyecto es el tiempo que tarda la reacción química: sólo se requieren 30 minutos para que todas las bacterias sean eliminadas en su totalidad.

Este hecho abrió puertas para avanzar hacia nuevas oportunidades dentro del mundo emprendedor, como lo fue su participación en el Concurso “Crea y Valida” realizado por la Corporación de Fomento de la Producción (CORFO). En esta instancia Clean Water For All ganó por su innovadora propuesta, por lo que recibieron una ayuda estatal para la elaboración de nuevas plantas de aguas portátiles, dejando a un lado el abastecimiento de agua potable a través de
camiones aljibes.

También han participado de actividades fuera de la región, como en Emprende Tu Mente, una corporación sin fines de lucro que conecta emprendedores con empresarios e inversionistas, y Expo Agua Santiago, encuentro de conversación que analiza los objetivos de seguridad hídrica de nuestro país. Ambas instancias fueron en Santiago, con el fin de fidelizar con importantes empresas a nivel nacional y dar a conocer una solución innovadora y amigable para el medio ambiente.

Actualmente Clean Water For All está en proceso de formación de equipos para construir la primera planta portátil solar chilena, un hito fundamental que marca un antes y un después dentro de su trayectoria. Y como la contaminación de aguas es a nivel mundial, su meta a corto plazo es cruzar fronteras para llevar esta gran iniciativa a otros países que se encuentran en la misma situación que Chile. “Nosotros le queremos entregar confianza a la gente, que crea en nuestro producto que mejorará sus condiciones de vida” señala Alejandro.

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